Terapia Breve Estratégica: Qué es y cómo funciona

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Origen de la Terapia Breve Estratégica

La Terapia Breve Estratégica tiene su origen en el MRI (Mental Researche Intitute) de Palo Alto (California) donde un grupo de científicos, (Weakland, Fisch, Watzlawick y Bodin) formularon en 1974 su primer modelo que podía ser aplicado a una amplia variedad de trastornos.

Los resultados de este modelo fueron sorprendentes, sobre todo porque se observó que efectivamente trastornos difíciles y persistentes se desbloqueaban en pocas sesiones.

Posteriormente en los años 80 este modelo fue evolucionado en Europa gracias al trabajo de Paul Waztlawick y Giorgio Nardone creando protocolos de intervención que fueron aplicados en miles de pacientes consiguiendo articular un modelo que no solo fuese eficaz y eficiente sino ademas replicable.

Qué caracteriza a la TBE

La TBE se caraceriza por ser un modelo que busca resolver problemas difíciles a través de soluciones aparentemente sencillas para conseguir el desbloqueo de los problemas en el menor tiempo posible. Es una intervención terapéutica breve, dependiendo del problema entre 10 y 20 sesiones,  y persigue poder producir cambios significativos desde la primera sesión.

Este modelo se basa en la teoría del cambio, de modo que se parte de la idea de cambiar para conocer, esto es, se persigue primero producir el cambio para después comprender. Para ello, se utiliza una depurada técnica de comunicación sugestiva y prescripciones. Se orienta, por una parte,, a disminuir o eliminar los síntomas o el comportamiento disfuncional, y por otra, a producir un cambio del sistema perceptivo reactivo con que la persona construye su propia realidad personal e interpersonal.

Soluciones intentadas

La Terapia Breve Estratégica ha identificado a las soluciones intentadas como la principal forma de persistencia de los problemas psicológicos. Son éstas que lo mantienen en el presente. Existen varios comportamientos que las personas aplican como intentos de solución de su problema y que en realidad resultan ser una verdadera trampa porque son estos los que conforman y perpetúan el problema.

Tres de los principales comportamientos de intento de solución erróneos más frecuentes son los siguientes:

La evitación

Este es uno de los comportamientos redundantes que tiene en común cualquier tipo de patología fóbica. Las personas que sufre este tipo de trastornos evitan cualquier situación que asocien al desencadenamiento de su miedo. De este modo las personas van incrementando paulatinamente las situaciones a evitar, agravando la sintomatología y conduciendo a la persona a una forma grave y generalizada de la patología.

En ese punto la persona termina en un estado de indefensión aprendida, de modo que ya no se siente capaz de poder influir sobre la situación.

La petición de ayuda

Otra de las soluciones que suelen intentar las personas es la de pedir ayuda. Obviamente no nos referimos a la ayuda profesional que sí estaría indicada, sino a pedir ayuda a personas del entorno cuando por ejemplo me tengo que enfrentar a una situación que me da miedo y no salir de un entorno seguro. Esta solución agrava la patología ya que cada vez que pido ayuda obtengo un doble mensaje:

1. Me siento más seguro cuando alguien me ayuda.
2. Cuando alguien me ayuda siento que no soy capaz de hacerlo solo.

El primer mensaje me dice que la solución funciona, ya que no siento tanto miedo con la ayuda, y por eso sigo usando esta solución. El problema es que el segundo mensaje mina mis propios recursos haciéndome sentir cada vez más incapaz, y por tanto retroalimenta y agrava el problema haciéndolo cada vez más complicado de resolver.

El control que hace perder el control

En este caso, nos encontramos con personas que intentan desesperadamente el control de sus reacciones fisiológicas o conductuales. El caso más común de esta solución intentada es el de los hipocondríacos, que constantemente se encuentran chequeando las señales fisiológicas de su cuerpo.

Este excesivo intento de control desencadena precisamente el efecto contrario, las señales fisiológicas se alteran y amplifican interpretándose por la persona como una amenaza que desencadena la sintomatología del pánico.

En resumen muchos trastornos se conforman por la retroalimentación de las soluciones intentadas que alteran la interpretación de la realidad de las personas. Por tanto la estrategia para la solución desde el punto de vista estratégico se basa en bloquear el circulo vicioso entre las soluciones intentadas y la persistencia del problema.

 ¿Por qué una terapia breve?

La respuesta es simple, porque queremos aliviar el sufrimiento psicológico cuanto antes. ¿Para qué alargarlo?.  La TEB se ocupa funfamentalemnte de analizar cómo funciona el problema en el presente, que logíca subyace y qué solución se puede adaptar mejor a esa lógica.  El resultado es que desde entre la primera y la cuarta sesión se suelen observar resultados,

La TEB por tanto no se ancla en un análisis exhaustivo del pasado que probablemente, salvo en el trauma, ya no tenga que ver con las circunstancias actuales, sino que se centra en cómo funciona el problema en el presente. Entre otras ventajas, este enfoque permite ahorrar mucho tiempo.

¿Cómo se estructura la TEB?

La TEB se estructura en cuatro fases:

La primera fase:

  • Se define el problema y los objetivos
  • Se construye la relación
  • Se producen los primeros cambios

La segunda fase:

  • Se produce el desbloqueo del problema

La tercera fase:

  • Se trabaja la consolidación de los cambios

La cuarta fase:

  • Se explica con detalle el proceso llevado a cabo
  • Se consolida la autonomía de la persona
  • Se realiza el seguimiento (1 sesión al mes siguiente al alta, una segunda a los tres meses, una tercera a los seis meses y una al año)

¿Preparad@ para cambiar?

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